El alojamiento conjunto postparto, en las primeras 24 horas tras el nacimiento, proporciona un espacio íntimo donde la madre y el bebé comparten experiencias, promoviendo la cercanía y la lactancia materna exclusiva. Esta práctica transforma la atención neonatal al fortalecer el vínculo entre la madre, el bebé y el equipo médico. Facilita una convivencia estrecha que aumenta la sensibilidad materna hacia las necesidades del recién nacido, promoviendo la lactancia natural y ofreciendo una base sólida para la orientación en los cuidados del bebé. Esta cercanía no solo beneficia la conexión madre-hijo, sino que también mejora la relación entre la madre y el personal de salud, permitiendo una enseñanza práctica y directa sobre la crianza del bebé.